Me quedé con el eco de la incertidumbre en los silencios, esos labios entreabiertos que no tenían respuestas más que dudas, así que esos espacios se abrían abismales y de repente eran años luz de vacío que nos distanciaban en lo más cercano.
Y ahora todo esto resuena en mi pecho, duele y me lástima, me desborda y se me escapa a través de las pestañas.
¿Para qué soy valiente si realmente soy tan frágil?
No tenía miedo, pero ahora sí.
Cuando algo se quiebra, algo cambia... y cambió tanto.
Y ahora todo esto resuena en mi pecho, duele y me lástima, me desborda y se me escapa a través de las pestañas.
¿Para qué soy valiente si realmente soy tan frágil?
No tenía miedo, pero ahora sí.
Cuando algo se quiebra, algo cambia... y cambió tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario