escuché
el reventar
de mi piel
al entrar el tramontina en mi cuello,
y el placer
del alivio
fue un segundo eterno.
un regalo
permitirse hacer catarsis.
un regalo entregarme
al caos
y manifestarlo
para poder verme.
amé explotar,
sucumbir,
corromperme,
suicidarme.
soy un alma libre
porque abrazo mis ataduras,
porque mis alas están hechas de mis cadenas,
y cada vez
que descubro
un nuevo mambo
lo abrazo
y me río
y lo gozo,
y capaz sufro,
pero lo disfruto.
y cuando no elijo estar bien,
me permito estar mal.
y es arte.
amo la vida que elijo vivir.
mi vida
es mi autorretrato.
soy.
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