domingo

Perderse.

Primero no sé a dónde quiero ir. Así, como no sé a dónde quiero ir, no tiene sentido cuestionarme por dónde andar. Deja de importarme en dónde estoy, para qué molestarme sabiendo que no tengo tiempo a desperdiciar, ni razones que me hagan accionar. En ese momento me pierdo. Me pierdo a mi misma y a la razón para reencontrarme. Me resigno a seguir perdida. Si me quedo en un lugar, me familiarizo, y dejo de estar perdida. Así que yo sigo, y no freno. No me importa a dónde estoy yendo o si estoy llegando a algún lado. Me convencí a mi misma de estar perdida y empecé a sentirme cómoda con esa idea. Uno aprende a convivir con las ideas, creo. Te acostumbras a pensar de tal manera y actúas en torno a ella. Estando perdida, sin tener a dónde ir, no tengo nada que perder. Busco refugiarme en esa pérdida. En algún momento tengo que llegar a algún lugar... pero ese es el caso. Cómo voy a reconocer ese lugar cuando esté ahí, si realmente no sé a dónde quiero llegar? Que confuso es estar perdida sin saber que estás buscando. Estoy perdida. 
Se me ocurre algo. Una hipótesis: en algún momento voy a estar completamente pérdida, voy a tocar fondo. Debe haber un punto o un límite en el cual, una vez que estás todo lo perdido que podés estar, empezas a encontrarte. Una vez que estás en el fondo, tan abajo que ya no podés bajar más, lo único que podés hacer es subir, y ese fondo debería ser el impulso: como en el fondo de una pileta. 
Pero ahora entiendo algo que antes no. De haberme escuchado antes, o prestar atención a mi gramática habría sido más sencillo todo. Debí escucharme. Estando perdida es a mi misma lo que no encuentro. Y es momento de reencontrarme. De volverme sobre mi misma.
Ahora que sé cuál es el problema, debería ser más fácil encontrar la solución... pero no. Porque ése es mi problema, una constancia y una adicción. Matemáticas, ciencia cierta y exacta, basada en problemas y soluciones; ecuaciones, basadas en encontrar el problema con una solución irrelevante. Lo único importante es el procedimiento, es decir, el problema y su desarrollo.

Está cansada y se quiere morir