miércoles

Okey, let's talk about Kevin.

Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, en lugar de refregarle todas las cosas que no pude hacer de mi vida, le habría inculcado el poder de voluntad para que pudiera realizar los suyos propios. 
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, le habría hecho cosas ricas para comer.
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, le habría hecho mimos todo el tiempo y le habría dicho lo mucho que lo amo.
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, cuando pintó mi cuarto con pintura, me habría relajado, y lo habría felicitado por la creatividad, le habría ofrecido ayudarle a hacer lo mismo con el suyo.
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, habría buscado ayuda. De un psicólogo, de un asistente social, de un mediador, cualquiera. 
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, me habría abierto a dar el primer paso dejando de lado el orgullo. Siendo paciente y tolerante, atenta y comprensiva.
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, habría tenido en cuenta que es un nene, y que no mide del todo las cosas que dice o hace. Lo habría educado y orientado para que diferencie lo, moralmente, bueno de lo malo; y para que relacione las consecuencias de lo malo.
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, le habría hablado más todavía. 
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, le habría comprado ropa, cualquiera fuera la cosa que le gustara, y mañas de adolescente.
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, no habría permitido que matara a su propio padre y a su propia hermana. 
Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, en esa visita en la prisión para menores le habría hablado de la admiración que sentía su hermana hacia él, del amor incondicional que le tenía su padre. 


Si yo hubiese sido la mamá de Kevin, me habría sentido una mujer tan importante, con un deber por cumplir, con el mundo y con mi hijo, porque si realmente era genéticamente un sociópata asesino, entonces debería haber hecho lo imposible por ayudarlo. 


Por alguna razón, Kevin me recuerda a Gollum... Estaba desquiciado. Necesitaba amor y atención para recuperar el uso de la razón.*




*Toda la entrada hace referencia a la película: Tenemos que hablar de Kevin. La recomiendo. 

lunes

Un día soleado ya era inusual en invierno, de por sí.

El sol mantenía tibia mi cara, hace rato me había entregado al calor y cada tanto subía la cabeza, cerrando los ojos, en dirección al cielo, "que venga a mí", pensaba, "que me siga calentando", "que dure". Me sentía cómoda mientras esperaba el bondi.
Me pregunté cómo me vería desde afuera: chica con pelo por encima de los hombros, decolorado para verde, los chillones auriculares rojos, el sweater negro para el look desaliñado, El Retorno Del Rey entre las manos...
Algo que me gustaría ver en una foto, cómo me veo desde afuera.
Y sonaba See You de los Foo's en el mp4. Y Saruman sentía una mezcla de admiración, respeto y odio hacia Frodo en la Tierra Media. 
Y el flaco me escucha cantar en voz baja, qué vergüenza. Se para a pocos metros de donde estoy yo, y lo miro. Y es fachero, se viste bien y no estoy segura, será turista o lo habré visto antes? No es boludo y nota que lo estoy mirando. Y se acerca. Yo estoy leyendo.
- Disculpame...


Y yo estoy segura de que me va a preguntar si pasa el cole o si lo estoy esperando. Me saco los auriculares. 


-... ¿Te molesta si te saco una foto mientras leés? 
- (Whatss...? Jajaj.) No, no hay drama!


Me sonríe... Usa braquets.
Sigo escuchando música y trato de retomar la lectura. Él vacila y no sabe si sacarla mientras le sonrío, o si esperar a que siga leyendo. Me causa gracia, la foto la saca con su celular de muchos megapíxeles.


- Listo, gracias! Vos, sos de acá, ¿no?
- Sí, sí.
- ¿Sabés en dónde puedo tomar algo, así tranqui a la noche?
- Mmm, Baulhaus está bueno, yendo para Manzano. O el Viejo Fred también me copa, hacen pizzas y comidas caseras.
- Ah, bien, ¿y bandas que toquen en vivo?
- Y... Un lunes sería raro acá en Villa La Angostura.
- Ah, ¿no tocan los lunes?
- No... Bah, por ahí en Baulhaus en una de esas sí, aparte es una cervecería también. Está bueno.
- Uh, cervecería, mejor! Jaja. 
- Sí...
- Bueno, gracias, che! Suerte!
- No, por nada! Chau!


Y "sos raro", pienso. Pero en una dimensión paralela, una dimensión en la cual yo no tuviera bastantes años menos, habría reaccionado. Qué chabon, qué chamuyo tan original. Such a shame. 

jueves

Es inútil.

Ahora sentía que los chamuyos, las excusas... tantas idas y tantas vueltas, perdían la adrenalina y se convertían en respuestas incoherentes, que después de ser tan repetitivas se hacían enfermizas, concluyendo en la frustración: porque siempre caemos en lo mismo. 
Capaz no deberíamos esperar tanto el uno del otro.
Ese es nuestro error... Que esperamos donde ya no quedan esperanzas.


Que loco es empezar una nota pensando en una cosa y darte cuenta que en realidad estabas escribiendo sobre otra.

sábado

Anoche.

Hacía frío, llovía. Ahora se daba cuenta de que el vagabundeo no era un estilo de vida para cualquiera. La calle nunca era tan jodida hasta que se hacían las 4am. Se le antojaba una cama calentita, se habría conformado con un colchón en el piso, y aprovechando que soñar es gratis, por qué no, un té de boldo caliente.
Enroscada en su brazo, agradecía la compañía, pero habría preferido no haberla necesitado. Era buena amiga, siempre era tierna con ella. Rechazó su campera, y le dijo que estaba bien, que caminando iba a entrar en calor. 
Los chicos de enfrente compraron facturas, "qué hijos de puta". ¿Ninguno tendrá hora? Les daba vergüenza pedir un célular con crédito. En la panadería, el vidrio empañado por el calor hacía que el alma se llenara de anhelo, y de ese anhelo que te hace querer resignarte y aceptar que es solamente un deseo. Más pensamientos platónicos. Quiso dibujar una carita feliz en el vidrio, pero eso solamente era posible desde el lado de adentro... "¡Cómo quisiera estar del lado de adentro!
Esquivando charcos y tratando de silbar. Las zapatillas mojadas pesaban más que los borcegos; nunca había aprendido a silbar. La campera, le había dicho antes de salir, pero le contestó que no iba a ser necesaria, los viejos las iban a estar esperando apenas terminara la joda. Pero ahora no estaba ahí, ni ella, ni sus viejos, tampoco la campera. 
Minutos antes habían halagado la campera de cuero, "ya me lo habías dicho antes, gracias", pero eran cosas solamente superficiales, no calentaban, el corazón estaba frío, y también los brazos. Las caricias no eran tibias, y la campera de cuero no era térmica. Pero era lindo... Y la campera también era linda. 
Aún así habían cosas de las que no se arrepentía. 
El pelo verde era muy loco, sí, era muy loco. Pero había que encontrar un lugar en donde esperar, le dijo. Había que dejar de conversar de cosas estúpidas, así que le pidió que se rescatara. Ya demasiadas escenas le había hecho pasar cuando quiso hacerse la grande al frente de la cana.
A veces lloraba cuando tenía miedo, así que le agradeció a ella por consolarla. 
Los pensamientos siempre se iban al carajo. En el fondo, de todas formas, sabía que no se iba a morir.


Nunca más, se dijo, una vez ya acostada en la cama. 


El vagabundeo y la joda funciona para los que tienen auto, y celular, o para lo que viven en El Once.



Está cansada y se quiere morir