mis ganas de pedirte que me liberes
de la culpa,
decirte que no sufras,
no por mí.
que entiendas
que quizá no soy lo que creíamos,
lo que soñábamos,
lo que sentíamos.
quizá
nunca fui un futuro.
quizá
mi paso por la tierra fuera
simplemente fugaz.
quizá fui las despedidas,
la nostalgia y la melancolía,
el vacío
con el que une aprende a convivir.
quizá
mi luz
se haya agotado,
pero la tuya no.
todo lo que necesito que entiendas
es que sos el amor que retuvo tanto tiempo.
y sos la magia que me hizo aparecer
mágica durante un tiempo.
fuiste el canto
que hizo bailar mis huesos.
fuiste el cuento
que me hizo escribir pequeñas historias.
fuiste la mirada
en la que existí reflejada.
pero sos vos,
no yo.
mis ganas de pedirte que me liberes,
para que me vaya.
sos la única que me falta...
la única que me retiene.
ya vimos que el tiempo nos atraviesa,
pero no somos el tiempo.
somos instantes, destellos,
y el tiempo sigue, el tiempo pasa.
como todas esas noches de fogón,
mirando el fuego,
hablando del fuego
que es diferente
pero siempre es el mismo,
siempre es el fuego,
porque el tiempo pasa.
y hablar del tiempo,
y decir el tiempo es esto.
hoy, el tiempo fue aquello.
si un instante de impulso,
un instante de libertad de esta mente,
un instante de respirar de repente
no vuelvo
del lugar al que me voy cuando no estoy,
sólo que sepas
que tu amor por mí es tuyo.
que soy un espejo,
de lo hermoso,
de lo horrible
que desencadené en vos.
que lo que lees
no soy yo,
sino yo hablándote a vos.
pensando en tus ojos,
en tu inocencia,
en tu amor incondicional,
dándome fuerzas,
no siendo fuerte,
no siendo inocente,
sino transitando el hermoso pasillo
que ha sido conocerte,
que decoraste para mí,
para que viera hermoso.
y tu don,
nunca sueltes tu don.
si te dejo,
sabrás que no fue tu fracaso?
sabrás que fue la vida
dejando una extraña enseñanza,
sobre la fragilidad,
los sentimientos,
los laberintos de la mente,
y la urgente necesidad humana
por amarnos más entre nosotres.
por olvidarnos lo que nos diferencia,
y volver a lo que nos une.
el dolor,
el sufrir
esta condenada existencia sensible.
esta condenada experiencia de conciencia.
de emociones, de estímulos y contacto.
de lo hermosas que pueden ser las conexiones,
lo lejos que estamos unes de otres,
lo lejos que estamos de la naturaleza.
ojalá
pudieras entender
lo hermoso que sería irme,
lo hermoso que sería despedirnos.
que me beses y me abraces,
y yo decirte que ya no soy un cuerpo,
acarreando males y pasados,
acarreando historias y misterios.
que es necesario,
dejar de ser un cuerpo,
gentilmente dejarme,
para ser sólo lo hermoso que viste en mí,
y que sigas viéndolo en otres
dolides igual que yo.
mi sentimiento de libertad es la muerte.
muerte seductora de la mente,
muerte seductora del tiempo.
muerte que en vida no entiendo,
muerte que en vida idealizo.
intérnenme,
porque ya no tengo miedo.
de la culpa,
decirte que no sufras,
no por mí.
que entiendas
que quizá no soy lo que creíamos,
lo que soñábamos,
lo que sentíamos.
quizá
nunca fui un futuro.
quizá
mi paso por la tierra fuera
simplemente fugaz.
quizá fui las despedidas,
la nostalgia y la melancolía,
el vacío
con el que une aprende a convivir.
quizá
mi luz
se haya agotado,
pero la tuya no.
todo lo que necesito que entiendas
es que sos el amor que retuvo tanto tiempo.
y sos la magia que me hizo aparecer
mágica durante un tiempo.
fuiste el canto
que hizo bailar mis huesos.
fuiste el cuento
que me hizo escribir pequeñas historias.
fuiste la mirada
en la que existí reflejada.
pero sos vos,
no yo.
mis ganas de pedirte que me liberes,
para que me vaya.
sos la única que me falta...
la única que me retiene.
ya vimos que el tiempo nos atraviesa,
pero no somos el tiempo.
somos instantes, destellos,
y el tiempo sigue, el tiempo pasa.
como todas esas noches de fogón,
mirando el fuego,
hablando del fuego
que es diferente
pero siempre es el mismo,
siempre es el fuego,
porque el tiempo pasa.
y hablar del tiempo,
y decir el tiempo es esto.
hoy, el tiempo fue aquello.
si un instante de impulso,
un instante de libertad de esta mente,
un instante de respirar de repente
no vuelvo
del lugar al que me voy cuando no estoy,
sólo que sepas
que tu amor por mí es tuyo.
que soy un espejo,
de lo hermoso,
de lo horrible
que desencadené en vos.
que lo que lees
no soy yo,
sino yo hablándote a vos.
pensando en tus ojos,
en tu inocencia,
en tu amor incondicional,
dándome fuerzas,
no siendo fuerte,
no siendo inocente,
sino transitando el hermoso pasillo
que ha sido conocerte,
que decoraste para mí,
para que viera hermoso.
y tu don,
nunca sueltes tu don.
si te dejo,
sabrás que no fue tu fracaso?
sabrás que fue la vida
dejando una extraña enseñanza,
sobre la fragilidad,
los sentimientos,
los laberintos de la mente,
y la urgente necesidad humana
por amarnos más entre nosotres.
por olvidarnos lo que nos diferencia,
y volver a lo que nos une.
el dolor,
el sufrir
esta condenada existencia sensible.
esta condenada experiencia de conciencia.
de emociones, de estímulos y contacto.
de lo hermosas que pueden ser las conexiones,
lo lejos que estamos unes de otres,
lo lejos que estamos de la naturaleza.
ojalá
pudieras entender
lo hermoso que sería irme,
lo hermoso que sería despedirnos.
que me beses y me abraces,
y yo decirte que ya no soy un cuerpo,
acarreando males y pasados,
acarreando historias y misterios.
que es necesario,
dejar de ser un cuerpo,
gentilmente dejarme,
para ser sólo lo hermoso que viste en mí,
y que sigas viéndolo en otres
dolides igual que yo.
mi sentimiento de libertad es la muerte.
muerte seductora de la mente,
muerte seductora del tiempo.
muerte que en vida no entiendo,
muerte que en vida idealizo.
intérnenme,
porque ya no tengo miedo.
