lunes

Todavía...

Se mueve el piso, las paredes tiemblan, se caen los cuadros y las cosas de las repisas. Los muebles van y vienen, suben, bajan, en izquierda y derecha se desplazan. Se caen los platos, se rompen los vasos, la jarra de agua y el fuentón de ensalada. Las luces se prenden y se apagan; corto circuito. Los vidrios de las ventanas, las lámparas del techo, los adornos de vidrio, todo se mueve, todo tiembla, todo cae.
Estallan rayos y se reflejan en los espejos.
Cae una lluvia torrencial y se inundan los cuartos.
Corren ráfagas de viento y hacen sonar los colgantes del techo.
Explotan volcanes de emociones, todas fuertes, todas intensas.
Se entrecorta mi respiración y se aceleran los latidos de mi corazón. Toda la sangre de mi cuerpo se drena en mi cabeza y mis cachetes, rojos. Me muerdo el labio y miro para abajo. Tantas cosas que quiero decir y que no me salen.
¿Cómo una persona, después de tanto tiempo, puede causarme tanto?

Actitud positiva... Se, se.

Enfoquemonos en lo bueno, Julieta... Basta de esos bajones y esas ganas repentinas de tirar todo a la mierda. Cortemosla con la autodestrucción y el sabotaje. Ya estamos grandes para eso.
Ya empezó un nuevo año, y consigo una nueva etapa. Ya era momento de madurar, no? 
Todo es perrrrrrrrfecto. O casi. No sé. 
Pero esta vez, quiero que sea verdad. 
Quiero que todo sea perfecto. 

Está cansada y se quiere morir