lunes

un poema inconcluso o algo así

palabras que son espejos, que son pistas. 
libros que son refugios. 
sueños que son caminos. 

donde me duelen las emociones se hace una costra, 
el mundo es confuso y yo monstruosa. 

me miro al espejo y soy otra persona.
me saco una foto y soy otra persona.
los ojos de los otros son lo único estable. 
lo desconocido 
donde coincido. 
pero una vez soñé
(acá empiezo otra vez)
que estábamos abajo de la tierra y que éramos el cuerpo de Cristo.
Teníamos forma de suculenta o aloe vera,
y teníamos brazos en los cuerpos de los otros, 
y otros crecían de nosotros.
Abajo de la tierra o en un espacio cerrado, y en un círculo del techo
la luz nos decía hola. 
Pero mi sueño hacía cortocircuito. 
Y volvíamos a ser Cristo.
Nuestros pinches de aloe vera donde nos pinchábamos unos a otros,
pero en realidad sí éramos humanos y estábamos envueltos en espinas de rosas.
Y sangrábamos la entrega sin dolor
como ciclos de ecosistemas.
pero mi sueño hacía cortocircuito
y de nuevo 
éramos
aloe vera.


Está cansada y se quiere morir