miércoles

Las palabras cortan más que los cuchillos.

Hieren en lo más profundo, penetran el corazón y lo desgarran. Se sienten los cortes y de repente arden. Abren tajos a través de los oídos y hacen sangrar los tímpanos. 

Pero por un momento olvidé que es el miedo lo que hiere más que las espadas. 

Naufragio.

El papel se deshace con el agua. Supongo que por eso es que los barcos de verdad están hechos de acero naval. 

domingo

Razón de ser, (7 de junio).

¿Por qué periodista? 
Siendo tan dinámica como soy, sintiéndome atraída por tantas cosas y tan diferentes; habiendo considerado ser artista, pudiendo haber elegido una licenciatura en ciencias políticas o en letras, pensando en gastronomía, en medicina e incluso alguna que otra ingeniería; me dicen que se me daría bien la psicología, me encanta el análisis de los procesos sociales e históricos, me interesa el diseño y el entretenimiento, me apasiona la filosofía… Sin embargo, ¿por qué estoy tan segura de que quiero ser periodista?
Ni realizando mis platónicos sueños como corredora de enduro, o batera en una banda de hardcore, podría sentirme realizada, porque estoy enamorada de la Verdad y me comprometo a su búsqueda implacable y a lo que sea que implique su difusión. No voy a imponerla nunca como absoluta, pero sí al tratarse de una demanda ciudadana, como la representación de la opinión pública, compartiendo, o no, su ética moral y defendiendo siempre, como Voltaire, con mi vida su derecho a expresarse. Soy fiel a mi misma y a mis principios, que me impiden olvidar y dejar pasar. Y que sean mis principios los que me movilicen, por hacerme sentir en lo más hondo, como habría escrito el Che Guevara a sus hijos en una carta, las injusticias cometidas contra cualquier persona en cualquier parte del mundo, para luchar por una sociedad donde la libertad sea libre y se respete la integridad de cada individuo, donde la vida y el trabajo dignifiquen, porque yo nunca voy a tolerar que una ‘cosa’ exista por encima de una persona, ni una persona por encima de otra. No voy a tener miedo, el miedo es para los mentirosos y los cobardes; admiro la audacia de alguien que habla con el corazón, de alguien que por amor esquiva los obstáculos con valentía. Mi única inquietud es perderme a mí misma por influencias externas o extorsión, pero mi causa es fuerte como mis raíces, y sabiendo quién soy sé qué quiero. Y quiero que quien me lea piense y nunca se conforme. Sea mentira o no el sistema democrático, voy a contribuir con objetividad y calma a difundir la Transparencia entre los ciudadanos. Voy a cuestionar hasta que cada vacío, cada silencio se rellene con la Verdad por respuesta. Conmover no es lo mismo que manipular, diferenciarlas con honestidad es lo que me va a permitir ser leal a mis valores. Ejercitar la empatía me ayudó a entender de qué se trata la Justicia y la Igualdad y perseverando aprendí que lo imposible es, solamente, un poco más difícil. 

Si no voy a ser periodista, ¿qué va a ser de mi vida entonces? 



Está cansada y se quiere morir