viernes

Ver la verdad

Era tan humana que odiaba a la humanidad, la esencia de la autodestrucción que en la guerra hacia catarsis.

Era momento de callar. 

Conflictiva humanidad

Me estaba asfixiando con frustrantes conclusiones  acerca del funcionamiento de la vida. Subordinada del conflicto me convertí en la proyección de los mambos que prescribían la catástrofe hacia la cual se dirige la humanidad,  arrasando con los gestos de amor que hicieron la creación de la vida en el planeta Tierra.  Permití que existiera en mí la cárcel que oprime a las esencias para no ser una sola, feliz y en paz con el universo,  consigo misma. 
Sofocada recuerdo sentir que me apagaba y sin embargo no pude verlo ni en la resistencia que impedía que a mi corazón lo envolviera un abrazo de poesías musicalizadas en el aliento de la Huesera, mi Huesera.  Sé que en su acto de magia su esencia se encontró con la mía para reconocerse y en la sutileza de compartir la existencia permaneció esperando ahora que estaba unificada a que mi ego bajara la guardia en una catarsis canalizada en ashanas. 
Por eso cuando abrí mi pecho recordé abrir mi pecho,  fluí con mi corazón trascendiendo la jaula que a veces es mi caja toráxica...  cuando se contrae,  porque si olvido un momento sacarme hacia afuera cometo el error de reflejar los mambos que me rodean. 
Porque es como si dos se empujaran por siempre,  y si no existo rapidamente dejo de existir,  y no sé qué existe en reemplazo de mi existencia.
La humanidad me enferma y cuando soy humana enfermo a mi esencia. 

martes

De las fisuras a veces brotan cosas hermosas

A través de la herida se ve el mundo de otra manera.
La profundidad del dolor más profundo es la sensibilidad, percibiendo, para gestar el acto de amor incondicional que da la chispa de creación a la existencia para todo lo que sobrevive: sanar. La inercia de amar es sanar, 
curar, 
cuidar. Proteger. 
La fortaleza no está en los cayos que aíslan a la piel de sus tactos; entre nervios me los arranco, evidenciando en mi ansiedad mi debilidad. En mi cigarrillo no hay seguridad sino la evidencia de mi inseguridad. En mi pinta artesanal no hay libertad sino la necesidad de liberarme. 
La fragilidad es lo único que reconozco bello por verdadero. 
Dejarse atravesar, interrumpir, corromper, dejarse perder, sin perder lo esencial que es ser real.

De las fisuras brotan las verdades, a veces cosas hermosas. 

jueves

Peligrosa mente.

Este presente es una construcción de mi mente, transformó mi camino en un laberinto poniendo la duda y el arrepentimiento a la vuelta de cada pasillo para que me estancara en un episodio confuso que me dejaba siempre sin habla. Desconectada de mí misma no puedo estar segura de nada, me siento separada e incapaz de manifestar verdades; me divido en cada palabra despositándome en las personas que están de paso por mi vida cotidiana, se llevan mis partes cada vez que pronuncio sus nombres, porque señalo su existencia dentro mío cediéndoles mi espacio y el control sobre mi vida. Porque opinan. Porque me importa lo que opinan.
En mi mente las personas siguen existiendo y quiero que se vayan, que se alejen, que me dejen volver a mi eje. No necesitas que nadie te deje, para ser libre no hay que pedir permiso me dice y desaparece.
Me estaba perdiendo por tratar de encontrarme en los demás. 
Cada vez tengo que estar más atenta, me engaño con facilidad y caigo ingenua en mis propias mentiras.

viernes

cuando mente atormenta

lo q crece en mi cabeza 
nos aplasta contra mi cráneo,  
ojalá lo rompiera 
para dejarnos salir .
abre pequeñas grietas 
por las q se filtra,  
sigue creciendo,  
en realidad nunca nada 
deja de crecer .
en el cielo son rosas 
pero acá 
me rodean sus espinas . 
trato de abrirme entre sus tallos 
pero más se enriedan 
más nos enroscamos .
cortarlas se siente como cortarme 
todo se cierra alrededor mío 
sin dejarme ver 
sin dejarme escuchar
atrapada en mi propia percepción

afuera están mis amigos
pero estoy oscura y mambeada 
la desconfianza me quita lo tierno 
prefiero estar sola cuando me siento bizarra 

martes

Quizás seamos más de dos, ojalá

Cuando hacías esas cosas torpes sin pensarla demasiado se notaba que,
a pesar de que te importaba,
en realidad te importaban más otras cosas,
como ser real, hacerlo desde el corazón,
escuchar tu intuición,
tu autenticidad, ser esencial.
Sabes,
en el fondo,
que el mundo es un lugar raro y rebuscado
que construimos entre varios,
y tiene muchos significados y ninguno sin embargo.
Valoras, por eso,
el instante en el cual no cabe un pensamiento previo,
eso espontáneo. Tu ternura... no la pierdas nunca.
No me dejes sola.

Es que es lindo existir en la existencia de algún otro.
Descubrir un día que existís, de verdad existís.
Entender que realmente existimos,
que las personas existen...
Aún podemos ser personas.

Es verse un día por primera vez en la vida...
Mirarse a uno mismo, en la mirada de algún otro.
-gracias por darme la oportunidad de existir dentro tuyo, siempre vas a existir dentro mío.

Lo único eterno es aquello que guardamos en nuestro corazón, como si fuera una cajita.

Aceptar.

Es tan simple como que estoy cagada de la cabeza.
Porque tengo el arte de estarlo. 

sábado

Capaz sí.

Encontrarte en lo más profundo de tu ser.
Sentir los latidos del corazón por la milésima primera vez. 
El beso del sol en la nuca.
Hay que sentir paz,  no tener miedos. 
Dejarse atravesar por un presente infinito.

Dejarse envolver.  Dejarse ser. 
Permitir.  Suavemente permitir. 
Ser paciente,  respirar una vez por minuto.

Silencio.
Sentirse real es como florecer. 

miércoles

Mambeadísima

- es mucho más complejo que lo que ves.  es tan complejo que no sé si quiero seguir sabiendo. 

la realidad estaba compuesta por muchas posibilidades, demasiadas.  todo se me fue de las manos y ahora me estaría costando simplificarlo otra vez.  volver al estado no estaría pudiendo.  todo lo que me enredé me estaba asfixiando.

claustrofobia.  dentro de mí misma. 

me quiero bajar,  me quiero bajar.  aterrizar por favor,  por favor. 

Arránquenme de mi piel. 

martes

divagar cosas lindas

Tenía el arte de huirle a esas situaciones
que tienden a hacernos replantear cosas
que no sabemos siquiera explicar.
Era algo natural de la personalidad,
como el reflejo del calor extremo al cuerpo,
(eso que te despierta cuando estás de espaldas al fuego, y la noche es muy fría y el fogón te la re safa, y de repente te rescatas).

Es que nunca nadie iba a entender esos pensamientos raros, 
de esos que existen dentro de todos 
pero que algunos simplemente ignoran. 
Como a veces ignoraban también
la oportunidad de regalar una sonrisa 
a alguien que tenía ganas de sonreír... 
Esa debilidad que tenemos con las sonrisas, 
tenemos el arte de contagiarlas 
y tantas veces no lo hacemos. 
Hasta que alguien nos la contagia a nosotros. 

Y esos pensamientos raros son tan hermosos, 
que sería lindo poder compartirlos, 
pero es imposible, no dejan apresarse en palabras, 
no se dejan ser explicados. No se dejan limitar.
 Son la felicidad haciendo del presente algo eterno. 
Parar el mundo y vivir en paz en él de repente. 
Como los brillitos que se escapan de los ojos 
cuando el corazón se rebalsa de luz, 
una emoción de la que se habla en silencio
y con una sonrisa transparente y casual. 
Cuando dejas de existir y sos todo lo que te rodea.

Sos lo que viviste cuando entendiste que
hoy sos feliz gracias a todo eso, y que esa gratitud 
es la armonía entre el pasado y el presente. 
Sos todo eso que viviste hasta que pudiste comprender 
que vale la pena jugársela por lo que uno siente, 
perseguir un sueño, arriesgarse porque es mejor hacerlo antes que no, 
porque te diste cuenta de que la vida se trata de trascender los límites, 
romper con las estructuras. Crear. Desde la nada del momento en que naciste 
sin siquiera tener nombre hasta hoy, que en realidad el nombre es una convención social 
y en realidad podrías llamarte como quisieras.

Como yo que algún día voy a llamarme Nicolasa. 
divago, pero es una onda así. 

jueves

El mambo de los roles: alumnos y algún día maestros.

Se desvaneció un pensamiento, dañino, que afectaba los órganos de mi integridad. Una culpa devastadora, eso que la iglesia nos inculca por haber nacido bajo un pecado que jamás podríamos haber cometido, ni elegir cometer.

Esos sentimientos que me herían dentro mío no eran consecuencia de mis actos,  no había un acto que yo hubiese realizado, no habían responsabilidades que yo pudiera asumir, porque nunca existió una decisión mía ni un deseo que yo hubiese manifestado.

Y sé que mi vida es mi elección, pero hay decisiones que solamente podemos tomar a partir de lo que generan las decisiones de otros. Y si otros eligen mal, yo elegiré bien y saldré adelante, pero mis sacrificios ya no son una necesidad. Sé cuál fue la espada y quién la pared, cómo terminé en este callejón del cual sola haré una salida.

Pero nunca más nadie va a abusarse de mi fortaleza. Nunca más nadie va a excusar sus fallas con mi capacidad de enmendarlas.

Hoy es mi responsabilidad con el equilibrio del karma y del dharma hacer responsable a los que se hacen los pelotudos. Y fue mi culpa, sí, por hacerme cargo de sus negligencias, y es mi culpa, sí, por asumir responsabilidades que no me correspondían.

Alguien nos necesitaba acá para poder aprender a ser con nosotros, venimos a mejorarnos también mejorando a otros. No es soberbia, no es imposición sobre el aprendizaje de nadie, es un rol que vinimos a desempeñar. Venimos al mundo humildes para aprender, para algún día con humildad saber enseñar. 

Llega ése momento. No es mi pecado el haber nacido, ya tengo una vida negligencias que remediar. Y sería egoísta de mi parte si no le diera la oporturtunidad de remediar sus negligencias como maestros a mis alumnos, por vergüenza o miedo a hablar.

No sería justo, para nadie, que por miedo a no saber hablar, alguien no aprendiera nunca, que alguien jamás supiera el daño que causó, sin permitir que exista la posibilidad de reparar ese daño. ¿Qué culpa tendría algún otro de ser un ignorante si otro uno, lleno de miedos y ahora encima de rencores, jamás se atrevió a liberarse para hablar?

Porque nos enseñan a vivir, pero nosotros les enseñamos a enseñar a vivir. Los hijos le enseñan a los padres a ser padres. Y no hay vergüenza en admitir que todos nos equivocamos... no hay vergüenza si hay humildad.

Con humildad podemos aprender, podemos enseñar. Podemos hablar, podemos llorar. Podemos amar sanamente.

sábado

Mandar a la mierda, o irse [mandarse a uno mismo] a la mierda.

Los egos son las barras de la jaula donde mora la niña que es mi esencia. La niña que es mi esencia no soy yo: yo soy mi ego. Mi ego es la jaula en su conjunto, lo que reconozco en el espejo que es todo lo que me rodea. Lo que pongo de mí misma en otros para poder reconocerme. Porque somos el cielo en el agua. Somos reflejo de otros, y otros son reflejos nuestros. 

Odio a la gente, y estoy harta de mí misma, porque estoy entendiendo que todo lo que escucho es un eco de mi propio ego. 
Es cuestión de perspectiva, eso de alejarse. 

Fin. 

Está cansada y se quiere morir