martes

El desorden de la pieza y el desastre de mi vida.

Habían zapatillas donde deberían haber lápices, habían golosinas donde deberían estar las medias, habían silencios en donde deberían haber palabras. Había ropa sucia mezclada con la limpia, y gente de mierda disimulando en su hipocresía. Habían camisas arrugas y sweaters manchados. Habían jeans cubiertos en barro y una campera estropeada por las polillas. Habían días de lluvia y fines de semana vacíos. Hojas de revistas, y futuros collages que nunca fueron terminados. Cosas que debí haber dicho y que nunca me animé. Miles de millones de diarios; de la semana pasada, de ayer, de hace un año... Recuerdos de los 4 años. Recuerdos de hace un mes que no están dónde deberían estar. Hojas de borradores, demasiados borradores. Demasiado pensar, bollos de papeles al rededor del tacho. Dibujos a medio terminar, bosquejos, ideas, algunas reflexiones y títulos de historias. Anécdotas que sólo irán a parecerme cómicas hasta dentro de 5 años. Notas para terminar la tarea, para buscar información, un número de teléfono y la lista de las que cosas a comprar en el centro. Ambiciones y proyectos, ganas de hacer cosas y vagancia para mandar todo al carajo. Fotocopias de física, apuntes de biología, machetes de geografía y notas de análisis de historia. Trastornos imaginarios, y una imaginación tremenda. Una musculosa sucia, el mail de la Procichiani, y la data para las olimpíadas de filosofía. Nostalgia y vacío. Bronca. Más papeles borradores. Amores del pasado, y miedo a lo desconocido. Terremotos de ropa en el placard y tsunamis de recuerdos en mi cabeza. Juguetes de cuando tenía 6 años, ganas de tener 6 años. Libros y latas de champigñones; más libros y poco tiempo para leerlos. Separadores a medio capítulo, faltando poco para terminar. Una lámpara rota colgada de la puerta. Fragmentos de vidrio, los pedazos de un corazón que ya no es el mismo. Saquitos de té secos. Escondites para las cosas, y algunas opiniones que, sería conveniente que nadie encuentre. Pelos de la gata sobre la ropa negra. Palabras fuera de lugar y maniobras evasivas. Situaciones que no quiero enfrentar y madurez que no quiero adquirir. Cáscaras sin nuez, y algunos copos de cereales de desayunos improvisados. Vasos sucios, de esas noches que me secan la garganta. Pañuelos usados, de esos días que me llegan a paspar la cara. Agendas que nunca supe usar, y consejos que no supe aprovechar. Álbumes de fotos y cosas viejas que no puedo tirar. Pilas de cosas que no quiero perder. Pérdidas que me carcomen la cabeza. Sueños que nunca despego de la almohada. Corpiños que se secan sobre el calefactor. Entradas de un concierto que se estropearon por la humedad. Un espejo apoyado en la pared. Experiencias a las que me aferro y no quiero soltar. Luz que entra por la ventana. Calor que calienta mi cara. El mp4 que debe estar tirado en algún rincón. Música, que está siempre, y en todos lados. Citas de Voltaire pegadas en la pared, algo que me dijo y que nunca me pude olvidar. Secretos ajenos y confesiones propias. La cama destendida y un insomnio encima. Artículos sobre el periodismo, la verdad que necesita ser difundida. Expectativas de vida y vacíos existenciales. El DNI arrugado y una identidad a construir. Recetas de comidas y algunos trastornos alimenticios. Raid para los mosquitos y las mariposas en mi estómago. Un libro sobre la vida que no termino de leer, y esas entradas inconclusas que dejo en finales abiertos.


1 comentario:

  1. 'Raid para los mosquitos y las mariposas en mi estómago.' Amé. Gracias por volver.

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Está cansada y se quiere morir