domingo

Nunca llevé decenas de pañuelos, nunca habrían sido suficientes.

Perdón por no saber qué decirte. 
Lamento sonreírte de costado y dedicarte ojos compasivos. 
Disculpa si es estúpido que vacile y te pregunte cómo estás. 
No sé si abrazarte.
No sé qué palabra será justa, ¿cómo consolarte, aún sabiendo que es imposible?
Es que, siéndote sincera, nunca supe cómo dar un pésame.

1 comentario:

  1. excelente entrada eh, que me ha gustado, y recuerda que todo es posible, ¿porque no abrazar de sorpresa?, a veces los gestos son lo mejor (:

    Un abrazo, nos comentamos!

    ResponderEliminar

Está cansada y se quiere morir