lunes

No duermo.

Me gustabas porque eras un desastre, te veía porque nadie más lo hacía. Tu timidez era un misterio y yo era muy curiosa. 
Yo te habría querido más que nadie, porque aún cuando nadie te entendía, yo tenía el arte de preguntar. 

Me encantaría culparte, pero yo fui la cobarde. 

Arriésguense si pueden; arriésguense, o no duerman. 
Una se arriesga o se arrepiente, y una sí que se arrepiente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Está cansada y se quiere morir