Ojalá valga la pena; ojalá algún día pueda leerme y sentirme sobreviviente, fuerte, vencedora. Poder recordar, conciliar el sueño, y soñar sin miedo a pesadillas o a despertar.
Siempre me sentí como si estuviera herida y me desarmara, entonces desesperada tratara de sostener los pedazos que van cayendo de mí. Terca, negándome a parar; como si me arrastrara entre mis últimos alientos para llegar a algún mejor lugar.
Nunca fue orgullo: me decepcionaron tantas hadas madrinas y hoy solamente quiero no esperar nunca más nada de nadie más.
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