sábado

 la tristeza no se equivoca pero cuánto tiempo toma para que sea excesiva

cuánto tiempo toma, cuánta intensidad, para que estas emociones sean un contaminante drama. 

busco el consuelo de las palabras ordenadas en el ritmo, aún así es frustrante, a veces nada dice nada. 

y si todas las oportunidades a las que me negué estuvieran en lo correcto, y no perdí nada, sino que gané. 

y si este presente fuera mi gran premio adquisición a las artes visuales. 

este presente tan honesto como la desolación que es la evidencia de mi amor más verdadero. 

Elegí quedarme entre pedazos rotos y obras abandonadas, juré curarme, y sostengo mis promesas. 

Puede que el tiempo sea interminable, o inmensurable. 

Pero no me deshice de mí, no descarte mi dolor, no me entregué a caminos preestablecidos de éxito garantizado por métodos ya comprobados. 

Quizás estoy entendiendo que la riqueza que guarda este proceso tan confuso, ambigüo, reside en comprobar que efectivamente me he elegido. 

No corrí a los brazos de ninguno de los millonarios, ni a ninguna de las promesas de mis sueños ya realizados. 

Siento que el mundo siempre se desespera por querer quitarme algo. 

A través de mis ojos, 

emociones profundas. Echan raíces, florecen, mis miedos y valores. 


Pero sí quiero ser como Andy Warhol. 

viernes

 Los artistas que estaban sembrados para germinar revoluciones

se cansaron de oír y ser bombardeados 

por los esquemas evolutivos que imponía el capitalismo. 

Cerraban las puertas de sus casas y los algoritmos contratacaban. 


Yo no gestioné que una galería me representara, no gestioné al mecenas.

y tuve varias oportunidades. 

Me cansé de estudiar un mundo para poder abrirme paso. 

Ahora una voz me dice que quizás nunca fue necesario. 

Pensé que debía rodear al agujero para llegar a la gran ciudad,

resulta que el agujero era mi propia sombra. 

Solamente tenía que confiar y atravesarla. 

He intentado tantas veces el camino largo,

entré en la sombra, me asusté, me salí,

me cansé en el camino largo, jamás llegaría siendo yo misma,

me asusté, me salí. 


Pienso en la gran ciudad, pienso en los grandes sueños,

en todos esos montajes, en todos los registros de obra,

en las millones de rosas,

en la oferta laboral para personas transitando una reinserción social,

o artistas, o creativos,

o todos nosotros que somos inadecuados para el sistema pero necestamos dinero para hacer realidad nustros sueños más locos. 

Pienso en el club de las unicornias recicladoras,

en la deforestación, en los animalitos, en los basurales y en los recuperadores urbanos.

Pienso en los niños que ya no lloran cuando les gritan y los insultan. 

Pienso como si duelara... Y el dolor crece. 

Dibujo todos los días. Guardo un pedacito de esperanza porque aunque me siento derrotada y poco humana, siento que este deseo en mi corazón crece. Me partirá el cuerpo que tanto me costó volver a costurar. Crecerá la ilusión que alimenta mi imaginación. 

Y le tengo miedo a mi madre, a mi padre, a sus parejas, a la vida, al mundo, a la gente, a la Iglesia, a los hospitales, a los políticos y a los museos. 

Pero amo mis rosas de lata, mis lápices, mis pinces, mis hojas, mis grabados, mi arcilla, mis tintas, mi voz, mi magia, mis manos. 

Nunca grité con todas mis fuerzas en la cima de un mundo ser artista. 

Aún no grité con todas mis fuerzasen la cima de un mundo ser artista. 

No salí de un closet porque jamás me había sentido en un closet. 

Pensé que yo era el closet. Pensé que el mundo era un closet, o una extensión de mí y de mi propia imaginación. 

No quiero salir de estas cuatro paredes, me reconforta la soledad. 

¿Despertaré, o moriré en la pobreza? 

¿Me atrevería al amor, o moriría en la pobreza? 

La pobreza era cosas diferentes a las que imaginaba. 

La pobreza no era no tener dinero, era no poder ver más allá de la creencia de escasez. 

Ahora que sé lo que se siente, doy fe a que sí es una elección... pero no una consciente. Sino más bien una necesidad... un manto de protección. La pobre nos protege de nosotros mismos... hasta que podamos sanar. 

"Tengo miedo", le dije a Dios y abrí la Biblia. Me decía que el ángel Gabriel me dejaría muda si no confiaba en las buenas noticias. "Es que no entiendo, creo que debo ayunar". Y el siguiente versículo que encontré decía que al profeta lo había devorado el león, porque comió y bebió en la casa del anciano profeta, cuando Dios le había dicho que no lo hiciera, aunque el profeta anciano le mintió diciendo que Dios le dijo que debía ir a su casa, comer y beber. 

Cuánto tiempo tengo que ayunar esta vez, algo me dice que 10 días, pero que adeudo 21. No tengo que tener miedo. Pero ni siquiera el Padre me cree, me dice que tengo que aprender a comer, que me haga un pancito con un poco de harina sin levadura y un poco de sal. 

Delirio místico y todos lo productos de mi imaginación que me hablan a través de números y sincronicidades. El tarot dice, youtube dice, las paredes, las flores... "fortalecé tu fe". Pero no nadie sabe cómo es acá. Tengo mis rosas de lata y mis dibujitos, mis textos curatoriales y mi modelo de negocio. Pero nadie sabe cómo es acá. 

Los productos de mi imaginación sabrán decir cuánto entregué, y todo lo que aún no puedo... y las lágrimas que ofrendé cada vez que me sentí tan chiquita. Confundida. 

Sí me da miedo ayunar tanto. Si me da miedo volver a comer después. Sí me da miedo que sé que me va a pedir cosas que me dan miedo. 

Artista... pero nunca imaginé que así. Aunque lo que viene después será divertido. 

miércoles

 todas las heridas

y todos los errores

caminar confundida


dónde está la fe

estoy buscando mi fe


en qué mentira elijo creer

vendeme luz

vendeme amor

vendeme propósito


adorno el vacío 

decoro el tiempo


hago florecer cosas

entre rotos y despojo 
busco un espejo de mi alma herida
encuentro la luz siguiendo tu melodía
sé que me llama porque estoy perdida
somos tan puros porque somos errantes
en un eterno y vital peregrinaje
entrego mi enredado pelaje
sé que me busca porque soy la calma
también el caos que desata tormentas
en la plena catarsis que asoma la alegría
con mi risa que parte los cielos
sé que me espera porque prometí locura
para curar la memoria de una humanidad corrompida
con mi cuerpo de muñeca descosida
soy la voz etérea que narra su poesía
somos el ritmo de corazones que rugen
y nos fundimos en un abrazo platónico
me encomiendo a tu visión porque la mía es neblina
me resisto a esfumarme pero ahora entiendo
que soy las nubes de algodón de azúcar

 y si emerjo de las profundidades

después de tanto tiempo

y no tengo ninguna gran verdad para decirte

y la única verdad soy yo

aún sin saber quién soy 

martes

 ¿qué tomaría para que una artista

recordara qué es brillar?

¿qué tomaría para que una artista

soltara el miedo

y se volviera a enamorar?


siento que hay algo del otro lado de la fe,

cosas que no puedo ver

siento la vista borrosa

me aterra

en el fondo también siento intriga


sé que prometí grandes cosas

ahora me contenta imaginar grandiosidades

me regocijo en la fantasía

también en la tristeza


¿qué tomaría para que una artista

se hiciera a sí misma real?

y volver a creer

que todo es mi creación


alguna vez fui tan osada

aunque siempre con algo de timidez

abracé ser ridícula

me reí de mí misma

y así enamoré


pero siento

que quizás sí se acerque el momento

si todas estas almas me están buscando

yo también quiero encontrarte

que compartamos un rato 

aunque sea un ratito

en esta forma antes de que nos convirtamos en otra


te extraño

te anhelo

deseo que sí

nos volvamos a ver