a mí me conmovía mucho la vulnerabilidad y siempre buscaba una alternativa para ayudar a otras personas.
el paradigma decía que no había que creérselas de salvadora.
yo no quería eso. yo me sentía horrible la mayor parte del tiempo, ayudar a otros me consolaba.
cuando hacía mis rosas de latas era feliz.
pero era una obra de arte peligrosa por la exposición a las nanopartículas de aluminio. me duelen las manos. La única alternativa que encontré fue un plan para generar una retribución económica que ayudara también a otras personas, sería algo inclusivo, porque cualquier persona podría hacer rosas con latas desde su casa, incluso desde la calle. Yo se las compraría a $3500 cada cuatro rosas.
Pero cuando tuve que esperarte para hablarte y hacerme la linda no pude.
Cuando tuve que bebotear y tocarme el pelo,
cuando tuve ganas de besarte más que de contarte mi plan ya no quise.
Detesto ser reemplazable.
Prefiero morir sola y pobre.
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