lunes

 a mí me conmovía mucho la vulnerabilidad y siempre buscaba una alternativa para ayudar a otras personas.

el paradigma decía que no había que creérselas de salvadora.

yo no quería eso. yo me sentía horrible la mayor parte del tiempo, ayudar a otros me consolaba. 


cuando hacía mis rosas de latas era feliz. 

pero era una obra de arte peligrosa por la exposición a las nanopartículas de aluminio. me duelen las manos. La única alternativa que encontré fue un plan para generar una retribución económica que ayudara también a otras personas, sería algo inclusivo, porque cualquier persona podría hacer rosas con latas desde su casa, incluso desde la calle. Yo se las compraría a $3500 cada cuatro rosas. 

Pero cuando tuve que esperarte para hablarte y hacerme la linda no pude. 

Cuando tuve que bebotear y tocarme el pelo,

cuando tuve ganas de besarte más que de contarte mi plan ya no quise. 

Detesto ser reemplazable. 

Prefiero morir sola y pobre. 

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