viernes

 No hubieron más bailecitos de felicidad.

Me siento hundida en una vida que no soy yo.

Ahora soy evangélica. 

¿Cuándo voy a sanar? 

Todos los caminos me parecen aburridos.

Excepto uno. 


jueves

 De repente tengo todo. O casi. O quizás solamente algo que visioné tantas veces sin poderlo materializar.

Ahí está el brief de mi proyecto. 

Con las guías para plegarlo y hacerlo librito. 

Para que mi cliente-espectador se sorprenda desde el principio. 

Para crear una experiencia memorable de arte contemporáneo. 

Para transmitir que todas las cosas pueden hacer de maneras distintas.

Que no hay formas preestablecidas.

Que somos formas sin forma. 

Que somos la forma.


Para llegar a esta conclusión. 

Para decirme a mí misma que está bien. 

Para emocionarme con algo tan sencillo.

Y me costó llegar a lo sencillo. 

Hacerme entender.

Entenderme.

Hacer. 


No quise correr detràs de las convocatorias, no fui detrás de los premios. 

No me esmeré en ser seleccionada, en encajar.

Ni siquiera dí lo mejor de mí. 

Yo necesitaba encontrar la síntesis de mi idea. 

Pero la síntesis de mi idea no estaba en un recorrido constante de esfuerzos y disciplinas.

No estaba en las horas, ni en los ayunos. 

La síntesis la encontré hoy que se la puedo compartir a mi hermana después de decirle que la amo sin miedo. 

Qué grande era mi herida, pero qué grande es el amor. 

Los logros de mis proyectos son para compartirlos.

Esa es mi revelación. 

Mi ser interior me dejará saber cuál es el siguiente paso a medida que tenga paz y alegría para celebrar las conquistas.

El camino del sacrificio existe. 

Pero hoy puedo elegir el camino de la paz. 

Y mi objetivo por el desarrollo sostenible de la ONU favorito, el 17: Alianzas por la Paz.