Nunca es lo que parece.

Y después pretenden que esté feliz, que me ría, que tenga paciencia. Esperan que no llore, que no me quiebre, o que no lo demuestre. Me piden que sea tolerante, que no esté cansada, que tenga una sonrisa en la cara. 

Y si disimulo, si exagero, si simulo estar contenta, si trato de reírme fuerte, si digo cosas sin sentido, todo para no tener que hablar sobre lo que me está pasando, entonces soy la loca, la inmadura, la estúpida.

No sabén una miérda de lo que estoy viviendo; a que hora me duermo, a que hora me levanto; qué carajo es lo que ocupa todo mi tiempo; lo que pasa por mi cabeza; lo que yo interpreto de cada cosa que me dicen; las cosas que me pasaron; lo que pienso del mundo cuando veo las noticias; lo que pasa por mi mente cuando me quedo callada; que vivo cada vez que cierro la puerta con llave. 

Y sin embargo me juzgan, y me exigen. 

No soy perfecta, lo vivo diciendo. Constantemente destaco mis defectos, para que entiendan que no puedo con todo. No doy más, no doy más. 

No esperen que esté concentrada, que hable o que esté callada; que me ría, que lloré o que no tenga miedo; que esté al día con el colegio, que tenga el cuarto ordenado; que escriba o que dibuje; que aparente tener una vida normal, sin quilombos internos o con el entorno; que tenga disciplina; que sea flaca, o que coma; que no tenga sueño, que duerma, o que hable de mis pesadillas; que sea diplomática, que defienda mis principios y mis causas; que estudie, que tenga un futuro y una vida productiva; que comprenda, que escuche y que siempre sepa que decir; que no sea orgullosa, que no sea resentida o que no me enrolle; que sea elocuente, que sea seria, porque ese es mi mecanismo de defensa. Ésa es mi manera de sobrellevar mis problemas, de vivir mi vida, de sobrevivirla día a día.

Así que... no me juzgues, porque el que me veas diariamente, o que me hayas escuchado hablar, o que te hayan contado sobre mi, no te da la certeza de que sabés algo sobre mi, o siquiera que me conoces. 

Podés juzgarme por mi apariencia, pero, dice la frase que nunca es lo que parece.