viernes

Necesito creer en mi "todavía", o creer en mí, todavía.

Y vuelvo a preguntarme si ésta pena lo merece... Trato de contenerme ante la frustración de revivir la sensación de déjà vu. Es que sentirme ocho meses más chica, para darme cuenta de que realmente nunca dejé de ser éste pedazo de mierda me genera impotencia resignada a ser angustia, resignada a ser tropiezo para caer eternamente por la madriguera del conejo. 
Sin embargo cada vez que me entrego a la caída siento que es un círculo vicioso del cual no sé salir, y por obligación, en pos tengo que escribir un "todavía", pero es como las promesas que nos hacen en la infancia: tan dulces como vanas; y prometerme éste "todavía" es una mentira de esperanza, una limosna cruel y caritativa. 

Mas es mi deber para y conmigo misma éste "todavía", porque si yo no creo en un "todavía", no me va a importar que otro lo crea por mí. Si yo no escribo un "todavía", no voy a leer el que otro escriba por mí.
No quiero darme por vencida, no quiero rendirme conmigo. Y es por eso que no lo hago, es por eso que sigo siendo yo misma, a pesar de todo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Está cansada y se quiere morir