martes

Amor de verano.

Sentí recuerdos que se asomaban por el borde de mis labios para escaparse de mí y ser sonrisa. No me gusta usar la palabra 'esbozo' pero éso hizo, se esbozó desde mi memoria hasta mi boca la sensación de miel que se derrite al sol. 
Sentí el mimo en mi cara de un rayo de sol que me apuntaba, que con su calor me daba un beso en el hombro y recorría el resto de mi espalda; que con su nariz me hacía cosquillas en el cuello, y una sutil corriente de viento me suspiraba cerca de la oreja: me susurraba ideas llenas de anhelos y esperanza. 
Me refugié en el abrazo de ésas cálidas cuatro de la tarde y entregué mi alma para que se deshiciera entre toda la dulzura que sentía. Era la caricia del sol en mi piel desnuda, y traspasaba mi cuerpo para expandir su ternura llenando el agujero de mi pecho. Derritió mi corazón de piedra y me hizo entrecerrar los ojos para mirar en lo más profundo, pero no lejano; sino en lo hondo, cercano y dentro mío, porque me hizo sentir mía después de tanto tiempo habiéndome sentido ajena. 

1 comentario:

Está cansada y se quiere morir