sábado

Divagando por una causa.

Un copo de nieve que se posó sobre mi cachete me dijo compasivo "hace frío"; pero no importa que tan absurdos sean mis pasos, mi caminata nunca es vana. 
Por eso yiré hasta que alguna otra nevada me indicara hospitalaria que estaba otra vez en casa, en algún rincón de mi alma que pudiera acogerme aún herida, aún quebrada, aún corrompida: desamparada.
Porque sé que incluso errante, en mí misma estoy cierta y por lealtad estaré a tiempo, estaré en el momento y en mi certeza siempre encaminada.
La vida nunca para y agradezco por los cielos que siempre me acompañan... Porque cuando levanto mi cara y mi mirada viaja sin destino, sin límites, hasta el infinito a veces incluso siento que mis pies tienen alas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Está cansada y se quiere morir