martes

Ay, Darío... Ibas a ser tanto para mí que ya no sé con qué llenar el lugar que te tenía preparado en mi corazón. Me sentí menos sola. Siempre había querido que alguien se preocupara por mí como te preocupabas vos. 
Gracias por enseñarme lo que se sentía, aunque fuera por poco tiempo. 

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Está cansada y se quiere morir