martes

Días de melancolía y heridas.

Me creía fuerte y vencedora pero de nuevo comprendo que es mi condición natural esta angustia que a veces es un ancla y otras veces alas. 
A veces tengo tanto miedo y es tanto el dolor que me doy por perdida; siento que desaparezco y que se me escapa el alma, el amor. Me siento llena de odio e inseguridades, ahogada en mis incoherentes rabias; gobernada por demonios que realmente son mis miedos del pasado, las heridas que en la niñez me desangraron y que cada tanto abren abismos en mi corazón. Entonces me siento más vulnerable que nunca, porque a través de esos abismos nuevas dolencias me dañan y son como ecos que se repiten dentro mío y me carcomen la cabeza. 
Me siento eclipsada por las sombras que me atormentan. 
Es que de donde vengo... Nosotras. Cargamos con demasiado equipaje, herencia, historias de drama y terror, de derrotas y aprendizaje. Nos regimos por los vicios que en otras vidas no pudimos dejar. A veces no sé si somos guerreras o mujeres que fueron golpeadas y que hoy se golpean a sí mismas, nos intoxicamos unas a otras, pero en nuestro vínculo de amor-odio supongo que está la esencia de lo verdadero, de algo pleno que nos da vida y nos mata. 
También me siento cansada, fatigada. Me duele la espalda y me cuesta levantar la frente y andar derecha. Será que mis pensamientos son más fuertes que la gravedad. Me pesan los llantos en los párpados hinchados, las noches de truenos internos en las ojeras y mi mirada opaca. 
Pero me juro a mí misma que quiero salir, que quiero respirar, y toda mi vida quise eso: respirar. Llenar mis pulmones de alivio y aires libres: mi alma de libertad.
"Cuando sea grande...", decía entonces. Ahora entiendo que solamente voy a ser "grande" cuando sea autosuficiente, y voy a alejarme de todos estos dolores que ya conozco, de todo este veneno que me intoxica por dentro.
Cueste lo que cueste, una y otra vez tendré que levantarme. Solamente estoy creciendo, estoy entendiendo que siempre estuve sola, que siempre voy a estarlo... y es más que suficiente. En mí voy a encontrar eso que estoy buscando, y ojalá lo encuentre. 
Ojalá, pero es que me conozco demasiado bien. 

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Está cansada y se quiere morir