lunes

Reflexión de mi consciencia.

Anduve buscando aprobación en el lugar equivocado. Tantas voces a mi alrededor me marearon, los murmullos eran como pequeñas tormentas que se potenciaban dentro mío arrastrando las ramas de mi crecimiento antes de que mis pensamientos pudieran florecer como logros. Mis objetivos fueron los de otros sueños, permití que mi reflejo fuera la proyección de otros fracasos sin dejarme la experiencia para que siempre fuera error y no aprendizaje. 
Siempre fui error. No perdoné, pero realmente nunca hubo nada que perdonar. Me dejé engañar por prejuicios para que la culpa nublara los caminos por los que podría andar. 
Conjugué demasiados verbos en condicionales, por eso nunca concreté en hechos. 
Pensé demasiado, pero realmente nunca escuché mis pensamientos.
Renegué de mi piel y no sentí mis sentimientos.

La motivación es algo que crece en uno mismo, la inspiración es lo que percibimos y que dentro nuestro transformamos en arte, porque somos como plantas y nosotros mismos somos el amor que necesitamos para alimentarnos. Eso es ser autosuficiente, poder encontrar la paz, el alimento, dentro de uno mismo. La autoconciencia, ser capaz de escuchar los deseos del alma, su hambre y sus antojos.

Las palabras que necesito para poder salir adelante están dentro mío, solamente tengo que escuchar su voz, y gritar más fuerte. 

La libertad es asumir libertad. Asumir responsabilidad de nosotros mismos para que nuestras decisiones sean plenas y manifiestos de nuestra persona. 
Venimos al mundo libres, y en algún momento terminamos sintiéndonos prisioneros, cuando realmente nosotros mismos somos quienes imponemos las ataduras que residen en la sociedad y la cultura. 
La libertad se acepta, al igual que el amor, porque existen dentro nuestro. Y aunque a veces nos cueste aceptar lo maravillosos que somos realmente, lo somos. 

Soy libre porque sé que lo soy, y soy yo misma porque sé quién soy. 

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