viernes

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Estas siempre fueron mis confesiones, salidas del alma, venidas por el instante en el que me fluyeron las palabras y respondí a las pulsiones de mi corazón.
Traté de ser honesta, y desde que tomé conciencia de mi acción revolucionaria en el mundo construido en colectivo traté de hacer bien y ser genuina.
Es mi naturaleza pisciana supongo, querer hacer bien.
Pero tengo tantos mambos en la cabeza, tantos traumas emocionales que me hicieron reaccionar mal en mis vínculos.
De repente todo es muy horrible y solamente soy una persona horrible.
A veces lloro tanto por horas, noches enteras llorando, siento mis ojos putrefactos por la humedad del llanto. Siento pus en la mirada de tanta mierda que se crea en mi cabeza.
Ya no pienso en suicidarme, siento el suicidio en mi piel, en mi cuerpo. A veces me abandona la vitalidad del cuerpo cuando me entrego a mi muerte internamente.
Me despido dentro mío de mis seres queridos. Les pido perdón y les digo cosas lindas de la vida para que no crean que mi decisión significa algo.
Estoy muy cagada de la cabeza.
Amo mis sentimientos puros.
Pero cómo voy a hacerle bien al mundo si no puedo hacerme bien a mí misma.
¿Qué hago ahora que la vida parece fluir mejor sin mí? ¿Qué hago ahora que veo mi daño en los corazones de los demás? ¿Seguir?
Trato de escuchar las palabras de mi psiquiatra pero sus consejos parecen venidos de una dimensión a la que yo no pertenezco.
No quiero ser esto. No me gusta ser esta.

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Está cansada y se quiere morir