jueves

 La letalidad del peor horario para los pensamientos y las acciones, el condimento más propicio para una buena escritura: el desvelo, porque así nacen las mejores historias, del desastre que son las noches, horas en caos, vida nocturna, fantasías, palabras que desearías ver escritas, y yo jugando a que insinúo y confiando en que sabés que hubiera dicho.

Quiere verme. 

Mi tendencia es escurrirme. 

Ser miel líquida que se deshace.

Entre sus manos quiere agarrarme, me deshago. 

Quiere comerme. 

Cómeme, susurro desde el vacío, desde mi inmaterialidad. 

Si yo fuera actriz porno, daría mensajes subliminales para reparar la herida colectiva en nuestra espiritualidad, ese mismo principio donde se quebró la Tierra y lloraron los árboles, las vacas y los chanchitos. 

Me siento intrigada, cautelosa, Me observo observadora, curiosa. 

A veces olvido que no nací ayer, pero eso es porque renazco cada día, 

A veces olvido quién soy, pero es porque ne diluyo preguntándome quién soy o quién quiero ser,

¿Podemos elegir esas cosas? 

Creo que hay una decisión más allá de nuestro poder de decisión, y lo que decidimos no era tanto nuestro, nuestra decisión respondía a algo que era el destino. 

¿Si no cómo explicaría estas palabras? ¿Cómo podría decir que quería decir todo eso? 

No sabía y las palabras aparecieron. Por eso el desorden y el desfasaje, para eso los curadores y los asesoramientos. 

Te amo. Eso sí sabía que quería decirlo. 


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Está cansada y se quiere morir