encuentro mi centro en dejar que el vacío se abra y se ilumina mi cara con el fuego de la ilusión de un final.
Busqué su definición para poder ponerle un título a la imagen, pero hablaba de condiciones mundanas que contaminarían el aura eterea de mis poesías.
Sé que es un sentimiento porque lo he sentido, me habla de vacío y fragilidad, me habla del alma y su sinceridad, me habla de tocar con roce un quiebre, me dice ternura y compás.
Misiones de artistas y poetas.
Tareas de héroes y protagonistas.
Sabré expresarlo,
sabrás reconocerme.
Más adentro del miedo, más verdadero, una fuente de deseos que rebalsa en monedas de chocolate, sentados en su borde tenemos nuestra primera cita, y la segunda y la tercera.
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