el metafórico mundo de las metáforas

en toda esta sutileza

tiene que haber una espontánea certeza.

captar,

como cazar. 

no es reaccionar,

no es entender. 

es casi como recibir. 

pero va más allá,

o más acá. 

pero no es acá,

no es de este plano. 

es adentro,

muy adentro. 

y hay que confiar,

pero sin racionalizar esa confianza. 

es como que antes de mambear interpretando,

antes de que dudes,

o de que puedas asegurar

hay una respuesta natural.

que no es tuya,

ni es mía,

porque ya te lo dije en otro escrito,

no somos nuestros,

no somos nosotros. 

ni nuestras, 

ni nosotras. 

y no pude ponerle nombre,

descripciones,

ni significado ni razones. 

porque ya era tarde,

no tuve tiempo,

ni para pensar en sí quería

o qué quería. 

pude hacerme cargo

de lo que recordaba que había pedido

(con palabras). 

aunque ya era tarde

y yo no lo había aceptado. 

y ya era tarde otra vez. 

todo estaba lleno de adivinanzas

y pistas

y señales

en el metafórico mundo de las metáforas.